El PP saquea Almería: más impuestos para los vecinos y vecinas, rebajas para los de siempre.

Lo que está haciendo el Ayuntamiento de Almería bajo el mando de María del Mar Vázquez no tiene otro nombre: saqueo. No es una gestión “eficiente”, no es “ajuste”, no es “legalidad europea”. Es una política criminal contra la mayoría social de esta ciudad.

En un año han subido todo lo que se podía subir. Un auténtico tasazo generalizado:

  • Hasta un 30% más en el IBI para las familias.
  • Un tarifazo del 35% en el recibo del agua.
  • Subida de la tasa de basura, disfrazada de cumplimiento europeo, pero que se aplica sin planificación ni alternativas.
  • Aumento encubierto de la plusvalía municipal.
  • Cementerios municipales más caros, como si morirse también fuera un privilegio reservado a quienes se lo puedan pagar.
  • Instalaciones deportivas municipales con tasas más altas, haciendo del deporte un lujo en vez de un derecho.

Y mientras tanto… ¿qué hace el PP con las grandes empresas y los capitalistas? Rebajas fiscales a medida. Ejemplo claro: bonificación del 10% en el IBI a los hoteles que estén abiertos todo el año. O sea, si tienes un negocio turístico con músculo financiero, el Ayuntamiento te premia. Pero si eres un vecino que llega justo a fin de mes, te cruza la factura y te dice: “paga”.

¿A quién protege este Ayuntamiento? No a los barrios. No a las familias. No al pequeño comercio. No al pueblo. Protege a los de siempre: a las élites, a los empresarios de palco, a los que llevan décadas parasitando la ciudad.

Y por si fuera poco, cuando la oposición —nosotros— presentamos alternativas, el PP las barre de la mesa. ¿Tasa a los bancos por ocupar espacio público con sus cajeros? Ni hablar. ¿Revisar contratos externalizados para frenar el despilfarro y el amiguismo? Tampoco. ¿Bonificaciones para quienes más lo necesitan? Silencio. No hay interés en hacer justicia fiscal. Solo hay interés en recaudar más… de quienes menos tienen.

Y ahora, en un intento de lavarse la cara, nos vienen con que en 2026 bajarán un poco el IBI y el impuesto de circulación. ¡No nos insulten! ¿De verdad creen que tras robarnos 10, devolvernos 1 los convierte en héroes?

Esto no es una política fiscal. Es una estrategia deliberada de expolio. Mientras nuestras calles se llenan de baches, nuestros barrios de abandono, y nuestros servicios públicos de precariedad, el Ayuntamiento presume de superávit y rebaja la presión fiscal a quien no la necesita. Esto no es solo indecente: es una traición a los vecinos y vecinas de Almería.

Hay que poner pie en pared y decirles que basta ya de saquear al pueblo para beneficiar a los de arriba. Basta ya de convertir el Ayuntamiento en una oficina de cobros al servicio de los poderosos.

Queremos una ciudad en la que quien más tiene pague más, y en la que lo público esté al servicio de todos, no del beneficio privado. Queremos justicia fiscal, servicios públicos dignos y una gestión con alma, no con calculadora neoliberal.

Porque gobernar no es esquilmar. Gobernar es cuidar. Y Almería se merece mucho más que un gobierno que solo sabe meter la mano en el bolsillo de su gente.

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