El pasado lunes, el Pleno del Ayuntamiento de Almería aprobó inicialmente la ordenanza reguladora de la Zona de Bajas Emisiones, que contó con la abstención del concejal de la coalición de izquierdas, Alejandro Lorenzo, en la que participan tanto Podemos como Izquierda Unida. Ambas organizaciones han defendido que dicha ordenanza es necesaria y supone un avance con respecto a la situación actual, aunque este sea insuficiente.
Los representantes de estas dos fuerzas políticas han optado por mantener una posición pragmática y negociadora con el equipo de gobierno, dando un voto de confianza a esta aprobación inicial con la voluntad de que el texto se enriquezca en el periodo de alegaciones. Tanto por las aportaciones que vendrán desde la coalición de izquierdas como por las provenientes de la sociedad civil y las organizaciones ecologistas. De esta manera, buscan lograr una ordenanza mucho más ambiciosa y que realmente responda a las necesidades de la ciudad.
En este sentido, la posición que finalmente tomen ambas organizaciones dependerá de la voluntad del equipo de gobierno municipal de incorporar dichas aportaciones. «Si hay voluntad de crear una Zona de Bajas Emisiones realmente útil, nosotros colaboraremos. Pero si el PP lo que busca es una ordenanza para salir del paso, entonces nos tendrán en frente» han expresado conjuntamente los representantes de Podemos e Izquierda Unida.
El problema es que nos encontramos ante una Zona de Bajas Emisiones escasa debido a la nula apuesta que hace por ella el Partido Popular de Almería. Es una ZBE hecha deprisa y corriendo de la cual, dicen los voceros del PP en los medios locales, que no implantaría si no fuese una «imposición» de Europa. El resultado es una ordenanza poco trabajada, con estudios y datos recogidos en tiempos demasiado cortos para ser concluyentes y una delimitación poco ambiciosa y practica. Podemos e IU trabajaremos este tema conjuntamente para presentar alegaciones y buscar la mejora de una ordenanza que, siendo necesaria, es insuficiente.
