En estos, aproximadamente, 100 días que llevamos de legislatura hemos llevado a todos los plenos las dos mociones que nos corresponden por grupo municipal siendo la única formación que ha aprovechado todas las oportunidad que ha tenido para presentar mociones en favor de los vecinos y vecinas de nuestro municipio.
En esas mociones hemos tocado temas que importan a la gente, temas como la salud mental, el medioambiente, la educación o la memoria democrática. Por supuesto tocamos, también, el que va a ser previsiblemente uno de los temas candentes de la legislatura no solo en Almería sino también en el resto de España, la vivienda.
Para la izquierda la vivienda debe ser un tema prioritario y más en la situación tan dramática en la que nos encontramos. El precio de la compra de vivienda ha experimentado una fuerte subida que, solo en el último año, ha supuesto un encarecimiento del 13,6%.
Por otra, si hablamos del alquiler, vemos que este lleva años experimentando una subida vertiginosa. En otras ciudades esta tendencia, muy relacionada con el auge de los alquileres turísticos, ya ha supuesto la práctica expulsión de los vecinos de ciertos barrios a causa de la gentrificación de los mismos. Si bien en Almería esto aun no ha sucedido, los datos nos alertan de una peligrosa tendencia: en el año 2022, el precio del alquiler de vivienda aumentó un 9,2%, mientras que este 2023, solo contando en el periodo estival, se ha registrado un encarecimiento del 3%.
Esta evolución en los precios tanto de compra como de alquiler de vivienda ha supuesto en la práctica un menoscabo del derecho a la vivienda de amplios sectores de la población. Un proceso que ahora se agrava, pero viene de lejos, y que nos ha hecho «acostumbrarnos» a una alarmantemente cronificada tasa de desahucios. En los últimos 5 años, en Almería se han ido produciendo en torno a más de 1.000 desahucios al año. Una media de 3 al día. Una situación estancada que viene de una situación anterior aún más dramática fruto originalmente de la burbuja inmobiliaria y la crisis de 2008.

Aunque les duele a las derechas nostálgicas de los tiempos preconstitucionales y clamen al cielo al grito de «okupas, okupas» lo cierto es que el principal problema en materia de vivienda, como venimos exponiendo, es la dificultad de acceder a ella por parte de las mayorías sociales. Para nuestro bochorno y vergüenza nuestra moción en materia de vivienda fue rechazada mientras se aprobaba la oficina «antio kupas» propuesta por la extrema derecha fascista.
Las oficinas «anti okupas» de la ultraderecha ya se han instalado en sitios como Castilla y León o Madrid donde se han demostrado ineficaces, posiblemente una oficina para prevenir los ataques de dragones tendría la misma utilidad ya que los casos son similares. Que levante la mano el que haya bajado a comprar el pan y se haya encontrado, a la vuelta, una familia en su salón (que no sea la suya quiero decir). Esto no pasa, y si pasará con llamar a la policía seria suficiente porque en los delitos de allanamiento de morada el desalojo es inmediato.
¿Cuál es el objetivo de las derechas en materia de vivienda?
Bueno, parece claro que no es, ni mucho menos, la defensa de la gente, ni facilitar, y mucho menos garantizar, el acceso a la vivienda. El objetivo, a nuestro juicio, es bastante evidente y es, como ellos mismos han reconocido en multitud de ocasiones, agilizar los desalojos de los «okupas». Sabiendo que, como expongo arriba, no existe esa okupación mitológica ¿a quienes se refieren cuando hablan de okupas? Esa es la clave, cuando hablan de okupas se refieren a ti, a tu familia… Lo que las derechas persiguen es tu vulnerabilidad, que si pasas una mala racha el banco no tenga el más mínimo problema en quitarte la casa, echarte a la calle y, por supuesto, seguir cobrándote la hipoteca. Quieren que el fondo buitre pueda sacarte de tu casa en minutos con tramites agiles a medida de sus intereses y si tienes que acabar bajo un puente da igual, es el mercado amigo.
Nuestra ciudad, nuestro país, nuestra sociedad no necesita oficinas «anti okupas» para que nuestros vecinos y vecinas terminen en la calle a la orden del capitalista de turno, lo que necesitamos es la redacción del plan municipal de vivienda, que sigue sin llegar, impulsar la vivienda social en nuestra ciudad utilizando la empresa municipal Almería XXI como una promotora de vivienda en régimen de alquiler con precios máximos de 400 euros, la creación de un parque de vivienda social y el apoyo a los pequeños propietarios y acabar con la especulación inmobiliaria, esa que la ultraderecha nos decía que era buena y positiva en el plenario del Ayuntamiento de Almería. Tenemos que combatir los desahucios sin alternativa habitacional y proveer, desde la administración, alternativas a las familias para que no terminen en la calle. Necesitamos el bono social al alquiler joven, cumplir la ley estatal de vivienda.
Necesitamos una oficina anti desahucios que asesore a los vecinos y vecinas en sus derechos en materia de vivienda, que les apoye en momentos de dificultad económica, que provea de alternativa habitacional. Hay atajar, decididamente, el problema de la vivienda y vamos tarde.
